Este refrán nos dice que se prefiere que el tiempo de marzo no sea bueno, porque si no es así existe la creencia popular de que los vientos de marzo llegarán más tarde, pero llegarán en abril o mayo.
En el mes de marzo, despedida del invierno, el tiempo no es del todo bueno. Habrá que esperar dos meses, hasta mediados o finales de mayo, para sentir la entrada del verano, con sus días luminosos, sus noches cortas, y unas temperaturas que comienzan a apretar. Algunos años la primavera parece adelantarse a principios de marzo. El refrán nos advierte de lo engañoso de esto, y pronostica mal tiempo para mayo, rompiéndose el orden natural de las estaciones.
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